Recientemente hemos asesorado y asistido a una pareja en un divorcio de mutuo acuerdo ante notario, comprobando de primera mano los PROS y CONTRAS del mismo:
+A FAVOR
- Más cómodo: es increíble tramitar un divorcio sin que te hagan esperar una hora ante la sala de un juzgado. Llegamos al despacho del notario, y sin tener tiempo siquiera a sentarse y abrir una revista en la sala de espera ya nos llamó para realizar el trámite.
- Tan sencillo como una escritura normal y corriente: el notario procedió a leer el acuerdo alcanzado y en menos de media hora habíamos terminado el divorcio.
- Tan económico como que se les facturó por el trabajo realizado, dos o tres reuniones y la visita al notario. Nada que ver, por ejemplo, con un divorcio de mutuo acuerdo, en el que como mínimo se pierde una mañana en el Juzgado y un mes para recibir la Sentencia.
-EN CONTRA
- No cabe el divorcio ante notario en caso de hijos menores de edad, y si son mayores de edad y carecen de ingresos propios y conviven en el domicilio familiar deben otorgar consentimiento ante el notario
- El divorcio ante notario ¿es una merma de derechos? En la práctica, si el abogado y/o notario no les avisan, habrá cónyuges e hijos de 18 a 25 que se vean privados de su posible derecho a pensión: la gran ventaja de los divorcios ante el Juez de Familia, es que hace mucho hincapié en explicar a los futuros divorciados las consecuencias del convenio regulador, e incluso no dudan en rechazar algunos convenios realizados por los abogados y mandar volveros a redactar para evitar que alguna parte se vea privada de sus derechos o las pensiones sean muy bajas.
- Redactar un convenio regulador es la parte más difícil y complicada del procedimiento de divorcio: hay parejas que discuten semanas y semanas sobre el régimen de visitas o el importe de las pensiones, si bien, y como acabamos de decir, se prohíben este tipo de divorcios cuando haya hijos menores, lo cual centraría la discusión en las pensiones por desequilibrio y para hijos mayores de 18 años –las más complicadas son las pensiones de alimentos y visitas de los menores de edad. Es decir: en un divorcio clásico, el juicio en si mismo no tiene mayor complejidad técnica que preparar a las partes; ya que en España el divorcio no es culpabilístico: da igual que o quien haya sido el detonante de la ruptura, una infidelidad o incumplimiento de los deberes conyugales de alimentos, asistencia, afecto y convivencia. El Juez se limita a verificar si las visitas se cumplen y fijar las cuantías de las pensiones y su adecuación a la legalidad y decretar el divorcio.
- ¿Lo hemos pensado bien? El matrimonio y el divorcio generan ilusión y desilusión a raudales, y si bien tienen “vuelta atrás”, emocionalmente nunca será lo mismo; sobre todo el divorcio: una vez que se pide, se abrirá una brecha entre ambos dificilísima de cerrar. La ventaja del divorcio judicial es que pasarán al menos tres meses hasta tener la sentencia en la mano y verse soltero de nuevo. El “talón de Aquiles” de los divorcios ante notario puede ser su gran ventaja: de la noche a la mañana –literalmente hablando- podemos romper nuestro matrimonio, atándonos o privándonos de unas pensiones o situaciones, que de haber tenido tiempo para pensarlas, no las hubiéramos suscrito.
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