Ayer tuve el dudoso gusto de ver la entrevista en directo de Rociito Carrasco, y comprobar por desgracia como se vapulea la presunción de inocencia y los derechos más fundamentales de los aludidos por ella. Convirtieron el plató de la cadena televisiva en un juicio mediático ya no contra el ex de Doña Rocío Carrasco, sino contra los hombres en general. Veamos porqué:
La presunción de inocencia consiste en que todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario. Hasta ahí todos estamos de acuerdo. Pero…¿Cómo se demuestra?
- Mediante un juicio justo con todos los medios de prueba declarados como pertinentes. Esto quiere decir que no caben los llamados “juicios mediáticos” donde la Televisión, periódicos, radios e internet extraen sus propias conclusiones sin el más mínimo rigor ni contraste.
- Todo juicio justo empieza por escuchar a denunciante y denunciado. Sin embargo aquí solo hemos podido escuchar a la presunta víctima, sin poder oír nunca la versión del principal aludido, Don Antonio David Flores. Para postre, ayer , aunque se esperaba un careo entre Doña Rocío Carrasco y su hija Doña Rocío Flores, la madre dijo “no estar preparada” y rehuso hablar con ella. Siento decir que empezamos mal, si es que la madre y ex esposa es la única que puede hablar y los demás callar.
- El Juez tiene el poder de valorar libremente la prueba practicada en juicio: pues bien, ayer, lamentablemente tuve que escuchar a Doña Rocío Carrasco criticar que la Jueza que juzgó en su día todo lo que está contando ahora en Telecinco (previo pago de varios millones de euros), rechazó en su día el informe del médico forense del Juzgado. Continuó diciendo que la justicia tenía que cambiar, y que al menos “tenía que haberla escuchado”. Tras eso, reconozco que no pude más, apagué la tele y me fui a dormir. Pero hay más:
- Un juicio es justo básicamente porque nos toca el juez predeterminado por la ley. Esto quiere decir 3 cosas:
- Que hay una ley que establece las reglas, los turnos y las rotaciones, para evitar que podamos presentar una denuncia o demanda en el Juzgado que más nos guste.
- Que nos va a juzgar un juez o jueza de carrera, que ha accedido al puesto por oposición, al cual podemos recusar si tiene una amistad o enemistad manifiesta con cualquiera de las partes.
- El juez es independiente. No tiene superior jerárquico, siendo que el Consejo General del Poder Judicial no puede darle directrices o instrucciones sobre como juzgar. Es quizá lo que más debería respetar algunas de nuestras ministras, como la de Igualdad, Doña Irene Montero, las cuales no dudan en criticar e inmiscuirse en los fallos judiciales, cuestión inadmisible en democracia, donde el gobierno tiene prohibido meterse a cuestionar el poder judicial.
- Una vez que se dicta sentencia, no se puede volver a juzgar los mismos hechos (salvo contadas excepciones). Es lo que se llama Cosa juzgada. Lo cual quiere decir que le guste o no a Doña Rocío Carrasco, su juicio ya se celebró hace 20 años, donde por cierto absolvieron a Don Antonio David Flores, guste o no.
- Un juicio justo es un juicio celebrado en tiempo y forma: Se parte de la base de que cuando somos víctimas de un delito, y ante el terror y miedo que nos asola, llamamos inmediatamente a la Policía, al 091 al 016 (teléfono de atención a las víctimas de violencia de género) o a emergencias. Si no lo hacemos, la ley no solo no nos proteje, sino que nos “castiga” con la prescripción de los delitos que se pretenden denunciar. De tal manera que 20 años más tarde no resulta creíble denunciar unos hechos ya prescritos.
- En un juicio justo e imparcial no puede haber ni dinero ni intereses políticos por en medio. Pues bien, estos días estamos leyendo con estupor ya no solo que Doña Rocío Carrasco va a cobrar varios millones de euros por este programa, sino que además la productora ha hablado con la Ministra de Igualdad, Doña Irene Montero, para intervenir en el programa y dar su visión politicamente interesada sobre unos hechos que no conoce más que a través de los medios del corazón.
CONCLUSIÓN: El programa de Doña Rocío Carrasco es un ejemplo para todas las mujeres (y hombres) de lo que no debe ser ni una mujer ni un hombre: Doña Rocío es una víctima manipulada, si, pero de toda una cadena televisiva y de una ministra que buscan instrumentalizar a las mujeres contra los hombres para ganar más votos o más espectadores. Ni a ella ni a ellos les importa gran cosa que Rocío Flores fuera menor en el momento de cometer los hechos que se le imputan, ni que haya otro hijo con problemas cognitivos. No les importa ni que también haya hijos maltratados por sus madres, e incluso algunos hombres, ni que haya denuncias falsas de violencia de género. Porque a ellos no les importa resolver el problema sino utilizarlo para su rédito económico y político. A nadie se le escapa que a día de hoy la solución posible y deseable sería una terapia familiar para arreglar la relación destrozada entre madre e hijos. Pero, claro, eso no vende….