La custodia compartida es la situación en que, ante una separación o divorcio, los progenitores tenemos que hacernos cargo legalmente de los hijos menores de edad. Los tipos de custodias varían en función de algunos parámetros como, por ejemplo, el uso de la vivienda y las condiciones económicas de sus integrantes. Un tipo de custodia es la monoparental. Es decir, la aplicada a uno de los dos progenitores que nos encargaremos del cuidado de los hijos menores. Sobre dicho progenitor recaerá también la gestión de la pensión de alimentos que corresponda a los menores.
Tipos de custodias: compartida
Una opción que puede ser ciertamente favorable para los intereses de los niños es la que se basa en el sistema birdnesting. Este término anglosajón se refiere a cuando los menores se quedan en el hogar familiar. En este modelo, los padres debemos alternarnos en la convivencia en función del periodo que nos corresponda en cada momento.
También puede ser muy interesante elegir la custodia más conocida de todas: la compartida. Se basa en que tendremos la obligación de acoger a nuestros hijos por períodos alternos. Estos periodos no son homogéneos. Por el contrario, pueden ser por plazos quincenales, mensuales e incluso trimestrales. Esta es una de las fórmulas más habituales para compartir la custodia, debido a que permite una mayor flexibilidad en la socialización de los más pequeños de la casa.
En cualquier caso, la mejor elección en los tipos de custodias dependerá del tipo de relación que los hijos deseen mantener con cada uno de los progenitores. Hemos de tener esto en cuenta para evitar futuros problemas derivados del nuevo estado de convivencia. En este sentido, nuestra decisión se basará en que prevalezca el interés superior del pequeño sobre la correspondencia en el uso de la vivienda común y las formas de las relaciones. ¿Aún quedan dudas? Invitamos a contactar con nuestro despacho de abogados. Puedes hacerlo a través de nuestro número de teléfono 630 52 08 38
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