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De Rocío Carrasco, la alienación parental y los hijos

  

               Ahora si. Ahora que lo dice una mujer  famosa se enteran nuestras ministras feministas que existe algo que se llama “alienación parental”. Lo que hace nada era una “invención patriarcal” sin apoyo psicológico alguno, ahora es algo terroríficamente real. Pues me alegro, porque la Alienación Parental  ha existido desde que hay divorcios. 

               Y, ¿qué es la susodicha alienación? Pues hablando en cristiano: cuando la madre –hasta ayer- o el padre –desde hoy- hacen el “vacío” al otro progenitor poniendo a toda la familia en su contra, desde los abuelos maternos y tíos –que ya habían dado guerra desde la boda seguramente- hasta los propios hijos. Esos niños a los cuales es muy fácil “lavarles el cerebro” una vez el otro lo hayan echado de casa (previa sentencia de divorcio). Y siempre aderazado con frases del estilo de “para ti no, pero para él siempre tiene dinero” “mira que pronto se ha echando novia y se ha olvidado de vosotros que sois sus hijos”

                Pues eso que escucharon ustedes ayer es la cruda realidad, Señora Ministra de Igualdad y Señora Diputada Rocío Monasterio. A saber: una inocente y joven Rocío Carrasco, hija de famosa, se enamora de un hombre atractivo y mayor que ella. El solo quería “hacerle un bombo” según dijo, al parecer, Rocío Jurado a su propia hija. Opinión refrendada por el propio padre de la chavala.  Confiesa Rocío Carrasco lo mentiroso y manipulador que era “ese individuo” y como tras su divorcio le dijo que le iba a hacer la vida imposible:

                “El aprovechaba para insultarme, me increpaba, me decía “te los voy a quitar –a los hijos- y te van a odiar”

                A partir de ahí, pues más crueles confesiones: intentos de suicidio, cuadro clínico ansioso depresivo, soledad…una verdad desgarradora ¿verdad?. Nada es lo que parece, ¿no es cierto? Hemos sido unos fariseos criticándola (cierto) por ser una mala madre que reniega de sus vastagos. Hasta ahí se lo compro, señora Ministra, señora Diputada. Sigan leyendo….

                Pues ahora les invito a volver a leer la misma trágica historia, siendo el protagonista un hombre:

                Un inocente e ilusionado chico trabajador pero humilde, se enamora de un chica atractiva y de buena familia. Al principio todo era pasión y amor sin límites, pero... El matrimonio empieza mal ya que según sus suegros  “ El solo quería  hacerle un bombo”. Ellos jamás dejaron de meterse en su relación, regalándole frases del estilo de “hija te mereces algo mejor” “fíjate como te trata que ni siquiera tiene para regalarte un buen bolso” “éste vino a lo que vino”.  Pero la relación sigue adelante y tienen dos hijos. Un día él le fisgonea el móvil y le encuentra un amante. Discuten y Ella, convenientemente empoderada (quiero decir asesorada) le dice “hasta aquí podíamos llegar, me has espíado el móvil, eres un maltratador. Hemos terminado”

                El confiesa lo mentirosa y manipuladora que es ella, ya que le dijo al pedirle el divorcio que le “iba a hacer la vida imposible” y le decía sobre los hijos “te los voy a quitar y te van a odiar”. “Mis padres me han buscado una buena abogada matrimonialista, así que vete haciéndo las maletas, el que se va eres tu, ahora vas a saber lo que es pagar para ver a tus hijos”

                Y si, se tuvo que ir, tuvo que aguantar ver a los niños solamenteuna vez cada quince días, pagar pensiones de alimentos y observar estupefacto como un extraño se metía en su propia casa a vivir y a jugar con sus hijos mientras él seguía pagando la mitad de la hipoteca y viviendo en casa de sus padres. Y todo por vivir en un país que va de moderno pero solo cuando le conviene: la mayoría de asociaciones de mujeres separadas y divorciadas se oponen a la custodia compartida y salvo rarísimas excepciones como la presente, el que se va de casa es el marido.

                A partir de ahí, pues más crueles confesiones: intentos de suicidio, cuadro clínico ansioso depresivo, soledad…con una sutil diferencia: Después del programa de TV Rocío Carrasco volvió a su casa destrozada con cien mil euros para su cuenta corriente. Sin embargo los hombres protagonistas de esta historia vuelven cada día deprimidos a casa de sus ancianos padres, con 50 años, sin esposa, ni hijos, ni futuro alguno. Nadie les ayuda en el 016 ya que está prohibido asesorar a los hombres en tales centros, y por supuesto, a nadie les va a importar una m. su historia. Ni siquiera  aunque se llamen Alberto Martín y su ex Lidia Bosch, y le haya metido una denuncia falsa por abusar de la hija de ambos.

                Y es que hoy todo el mundo habla de una hija, Rocío Carrasco, con pena y lástima;  pero nuevamente todas las supuestas defensoras de la igualdad se olvidan de las miles de víctimas de divorcios plagados de falsedades, manipulaciones, odio, rencor y resentimiento: LOS OTROS HIJOS.  También los de Rocío.

 

Pablo Carvajal de la Torre. Abogado matrimonialista. Asesor de víctimas de violencia de género en el Turno de Oficio desde su creación en 2004.