Tiene gracia, que siendo este el día en el que todos tenemos que dar gracias al venir necesariamente de una mujer, los políticos y demás personas influyentes dediquen un día tan importante a reinvindicar estupideces, como si los semáforos deben de contener una figurita femenina o el Congreso debería llamarse Congreso de l@s diputad@s. Por no hablar de teñir de malva la Torre de Hércules de mi querida A Coruña, como si eso arreglara algo. Me pregunto como no son capaces de arreglar ni uno solo de los problemas que aquejan a las mujeres, con algo tan sencillo como imponer la baja de paternidad obligatoria y a continuación de la femenina. Con un gesto tan sencillo conseguirían: que para los empresarios fuera igual de costoso contratar a un trabajador en edad fertil que a una fémina, eliminando buena parte de la discriminación laboral que aquellas sufren a la hora de ser contratadas, y de paso obligando al padre a tomar conciencia (y realizar en solitario) las tareas que el cuidado de un bebé acarrea. ¿Ven que fácil es?. Pero no tan fácil como discutir sobre el sexo de los ángeles o de las cosas. Como si poder llamarse médica cambiara la lista de dificultades (superiores a la masculina) que su consecución conlleva. Claro, que si entramos en el fondo del debate sobre la discriminación, habría que hacer algo tan poco complicado como imponer un distintivo a los anunciantes no sexistas, porque ¿alguien conoce algún anuncio de coches deportivos o de alta gama conducidos por mujeres? ¿algún concurso con azafatos ligeros de ropa? ¿alguna presentadora de shows sin un escote generoso? o lo que es mejor ¿algún evento deportivo sin minifalderas azafatas repartiendo besos a sudorosos deportistas? ¿que valores negativos transmiten a las nuevas generaciones? ¿no hará eso mucho más daño que cambiar una "o" por una "a"?
Pero ¿saben dónde está el origen de todo esto? en la educación, ¿dónde si no?. Y aunque los Estados poco puedan y deban hacer en el interior de las hogares, podían hacer algo tan sencillo como obligar a TODAS las religiones a respetar y hacer valer los valores constitucionales, entre ellos el artículo 14 de la Constitución Española (derecho a la igualdad sin que pueda prevalecer discriminación alguna de sexo), revisar los acuerdos legales y RETIRAR LAS SUBVENCIONES A LOS COLEGIOS RELIGIOSOS que no cumplan la Carta Magna. Claro que eso implicaría que en el fondo, todas las religiones hicieran algo tan retorcidamente simple como reconocer a las mujeres la capacidad de ejercer el sacerdocio o su equivalente religioso. Algo a lo que ninguna parece estar dispuesta. Y así, es muy dificil que una lucecita en un condenado semáforo pueda hacer algo más que permitirnos cruzar la calle.
Copyright Pablo Carvajal de la Torre/Carvajal de la Torre Abogados