Sé que lo de Grecia es un asunto complejo, donde todos tienen culpa y razón. Que los bancos alemanes y franceses, a los que si que hubo que rescatar por prestar a lo loco, han sido en buena parte causantes de todo esto, junto con los desmanes helenos. Pero quien más y quien menos, estamos como estamos (hasta arriba de los recortes Largaderianos y los reproches Merkelianos, apostillados por Rajoy), vemos con simpatía que por fin alguien, siendo como es el más débil, planta por fin cara al FMI, al Euro, la Troika, la Merkel y a quien haga falta. Y como abogado negociador y defensor a ultranza de la democracia, quiero hacer los siguientes apuntes:
- El referendum griego es de lo más democrático (aunque no muy oportuno) que se ha visto en los últimos tiempos en la UE. Recordemos que desde que entramos en crisis, los políticos -incluído Zapatero reformando el deficit en la Constitución- han puesto mucho empeño en cercenar opiniones y recortar mucho, de manera injusta, sin explicación ni criterio ni sobre la crisis ni sobre la corrupción subyacente.
- Siendo así que las democracias europeas corríamos el peligro de diluirnos en la dictadura financiera del BCE y FMI, tuvieron que venir los inventores de la democracia a renovar los términos
- La mejor estrategia negociadora es la de los helenos: decir no en primera instancia frente al miedo que trató de imponer Lagarde y la UE.
- Fallaron, eso si, las formas del ministro de economía Varusakis al caer en el insulto, prohibido en toda negociación cuya base es la comunicación constante (decir no también es comunicarse, insultar es cerrar la comunicación)
- A continuación convocaron el referendum, y el miedo se trasladó a Merkel y compañía: comenzaron las amenazas y meteduras de pata (Rajoy incluído) sobre las medidas si salía el "no". Cuando la parte contraria primero mete miedo y después amenaza, es que la que está temblando es ella. Alemanes y Franceses están muy mal acostumbrados a que nadie les plante cara. Es algo muy común en nuestra vida diaria donde nuestros mejores clientes e incluso algunos mal llamados amigos o familiares nos están todo el día manipulando con el miedo y el chantaje emocional.
- El resultado del referendum nadie se lo esperaba -imagínense el terror irracional al todopoderoso euro que nos han inculcado- como la jugada maestra final de Tsipras: tras ganar, eliminar a Varusakis.
- Con todo ello el gobierno Griego ha conseguido un particular poker: legitimar su acción de gobierno con un ejercicio democrático (al que nos debían de tener más acostumbrados), decir "no" al austericidio, añadiendo un "si" a volver a sentarse a la mesa a negociar, pero esta vez con el as definitivo "no os tengo miedo, ni a vosotras ni a salir del euro"
- Creo que los griegos nos han dado una lección, particularmente a nosotros, que entramos en la UE sin tener ni idea de negociar, y ahora nos encontramos sin grandes astilleros ni militares ni -apenas- civiles, sin pesca, el campo abandonado sin apenas vacas, y con una industria propia casi inexistente. Desde 1986 hemos perdido la "Pegaso", "Montesa" y "Seat" (absorvidas por "Iveco", "Honda" y "Wolkswagen" respectivamente), a la vez que "Bazán" diseñaba fragatas o portaaeronaves de última generación o nuestros grandísimos ingenieros navales diseñaban barcos campeones del mundo de competición a vela.
- Lo digo porque tanto Grecia como España eran pequeños grandes países, con fuertes astilleros, ganadería y pesca, los cuales fueron cambiados en su día por paseos marítimos e infraestructuras a ninguna parte, para deleite de los prejubilados que aquí también se estilaban.
- Ya es hora de plantearse la Unión Europea y la democracia en serio, y enviar al Europarlamento a alguién de más talla que los prejubilados que van allí al retiro dorado con asistentes personales que realizan todo el trabajo por ellos. Y ya es hora de que nuestros políticos aprendan a negociar el "TAX LEASE", "TAC" pesquero, cuota láctea, protejan nuestra menguante industria y velen por nuestros intereses. Y si no saben, que pongan al Rivera, Iglesias o Tsipras de turno. Estamos hasta las narices de tener miedo y perder toda esperanza.
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