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Los hijos no son de nuestra propiedad

Todos los días vemos en los periódicos miles y miles de ejemplos de personas que luchan por sus derechos: derecho a decidir, a la intimidad, a expresarse libremente, a manifestarse, a una vivienda, a un trabajo, a una vida digna. Todos ellos son mayores de edad, y tienen (nunca mejor dicho) todo el derecho del mundo a reclamarlos y exigirlos.

Pero los menores aún no estan en condiciones de decidir ni reclamar más allá de sus padres. No tienen ni criterios ni edad para aprender lo social, educativa o médicamente justo o injusto. Pero su vida, destino y designios no son de nuestra propiedad, sino de nuestra protección y cuidado. 

Acabo de ser padre de una niña fruto del cruce de culturas y religiones, y precisamente por ello y por respeto a la menor no va a profesar religión alguna hasta que TENGA EDAD DE DECIDIR LIBREMENTE si quiere acogerse alguna o prefiere ser atea.

Lo digo desde el respeto pero hacia el rechazo total hacia aquellos padres que se creen con derecho a decidir el destino de sus hijos, que se creen más listos que la medicina o el sistema educativo y se niegan a vacunar o educar a sus hijos por los cauces preestablecidos, todo porque tienen una opinión contraria a ambos la cual no dudan en imponer al menor. ¿Pensarán esos padres como reintegrar al menor a la sociedad una vez finalice su autoeducación? ¿en las diferencias preestablecidas con otros menores, que los rechazarán y se burlarán por "raritos" o lo que es peor, por miedo al contagio?

Lo digo también desde una opinión contraria a la sociedad consumista y aborregadora en la que vivimos, desde una posición religiosa y política concreta, incluso "rarita" pero ASUMIENDO QUE ES MI VISION PARTICULAR DEL MUNDO, DE LA RELIGION Y DE LA DEMOCRACIA, LA CUAL NO TENGO DERECHO ALGUNO A IMPONER A MI HIJA. 

A ella lo único que le puedo dar, aparte de todo mi amor y protección, son armas para discernir el bien del maly lo justo de lo injusto, para pensar libremente, para creer o no creer, y sobre todo para tener criterios  y opiniones propias. Son solo armas, herramientas, que solo ella deberá decidir si utiliza o no, el como y el cuando. 

Porque mi hija tiene derecho a NO HEREDAR mis miedos, recelos, prejuicios y visiones del mundo. Porque le hemos dado la vida, no somos quienes ahora para ponerla en riesgo ni mucho menos para apropiarnos de sus derechos y amoldarlos a nosotros como si fuera nuestra muñeca. Ella es persona con plenos derechos desde las 24 horas de su nacimiento, según la ley, y conviene que ningún padre lo olvide respecto de sus hijos.

Pablo Carvajal de la Torre